Los avatares de un cínico prisionero en un campo de concentración japonés durante la Segunda Guerra Mundial que se dedica al mercado negro y a aprovecharse tanto de sus compañeros como de los guardianes.
Partitura que arranca con una irónica marcha militar y que prosigue con bellas melodías entre las que destaca su tema principal, que se sustenta en la repetición obsesiva y constante de un arpa. La banda sonora apoya la acción, pero se centra principalmente en la odisea del protagonista, resaltando su carácter solitario.