Un hombre emprende un viaje para huir de su realidad relacionándose con seis mujeres diferentes.
Como es habitual en el director, abundante música preexistente es aplicada en la película para ir pincelando matices y colores emocionales en diversas escenas, con un sentimiento general de melancolía y moderada desazón. La música original del compositor tiende a focalizarse en el interior del protagonista, su turbación, su vacío y su oscuridad, que de forma paulatina va ganando mayor luz. Es una banda sonora algo confusa cuyas pretensiones explicativas se diluyen por la importancia de lo estético.