Secuela de Kôkaku kidôtai (95), en la que el protagonista, un robot con figura humana, intenta reconstruir la memoria de su pasado, a la vez que debe seguir haciendo frente a la delincuencia.
El compositor sigue una línea similar que en la anterior película, con música que amalgama distintos estilos para dar cierta impresión de caos controlado, ocasionalmente agresivo pero sustancialmente lírico y melancólico, con temas de gran belleza.