La visceral historia de acción sobre cómo y porqué Kraven, uno de los más icónicos villanos de Marvel, llegó a serlo.
Esta es una banda sonora convencional que sigue los patrones usuales en las músicas de los los filmes del universo Marvel pero en la que la presencia de los hermanos rusos Galperine pretende marcar cierta diferencia en estilo. El que el protagonista sea ruso y la acción transcurra en buena parte en territorio del país parece haber sido la razón para incorporarlos a la banda sonora, motivo que de ser cierto sería pueril pero además fracasado, pues la aportación de ambos es irrelevante y anodina, con música electrónica de ambiente que está solo porque la película (ya de por sí mediocre) necesita un fondo sonoro de tránsito para sostenerse y mantener puentes entre los momentos donde Wallfisch intenta, también sin éxito, levantar el filme y darle vigor al personaje y a sus acciones. Es todo rutinario, insípido y completamente intrascendente.