Una mujer aparece repetidamente en el jardín delantero de una familia y a menudo entrega advertencias o mensajes inquietantes, haciendo que los residentes se cuestionen su identidad y sus motivos.
Esta es una banda sonora para el terror que no genera ningún miedo a la mujer, y una partitura para enfatizar lo dramático que nada explica sobre quienes reciben su visita. Es una creación anodina, morosa y latosa que solo sirve para crear un ambiente obvio de misterio y cuyos recursos instrumentales con ínfulas de originalidad se agotan al poco de aparecer.