Un abogado que trabaja para una multinacional es detenido en China, acusado de un crimen que no ha cometido y, abandonado a sus suerte por su empresa, debe defenderse frente al férreo sistema judicial chino.
El compositor sigue en la línea de partituras experimentales en las que destaca su preferencia por la instrumentación oriental, pero aquí ese recurso ya no resulta demasiado innovador, sino más bien obvio.