A la muerte de Enrique VIII, Inglaterra queda sumida en el caos. El primer ministro obliga a su hijo a casarse contra su voluntad con Lady Jane Grey y, muerto Eduardo, los coloca en el trono de Inglaterra.
Única partitura para el cine del compositor, es una desbordante y apasionada creación romántica y épica, con notables tema principal y tema central romántico y temas ambientales.