Tras dramáticos acontecimientos en su vida familiar, un hombre parece abocado a la soledad. Pero entonces se topa con una niña de once años, en la que fija su atención y que le cambiará muchas cosas.
Banda sonora que el compositor desarrolla en dos terrenos opuestos, que confronta y finalmente fusiona: por un lado la agradable y bella música melódica de un piano, para la niña, y por otra las disonancias acústicas y electrónicas con instrumentos étnicos que generan entornos de confusión, densos, opacos, para el protagonista y su entorno. Es una pugna entre la luz y la necesidad de la oscuridad en encontrar esa luz, que se evidencia cuando en las músicas más crípticas va ganando terreno lo melódico.