Filme experimental de ciencia-ficción ambientado millones de años en un futuro, con un planeta Tierra sin vida y en el que la Humanidad ha evolucionado hacia 18 especies diferentes, algunos no corpóreos.
La muerte de Johannsson aconteció en el proceso de producción de esta película, cuando la música no había sido siquiera grabada. Su colaborador Elazar Glotman lo hizo por él contribuyendo con su propia música pero siguiendo las ideas del compositor islandés. Se trata de una banda sonora sombría, meditativa, que se mantiene atmosférica y minimalista, con sonoridades claustrofóbicas que, a medida que avanza el filme, son herméticas pero también hipnóticas. Hecha con una formación orquestal mínima y procesamiento electrónico alterna la belleza con disonancias inspiradas en Ligeti. La música es formación y es también desintegración, creando paisajes sonoros infernales y lúgubres pero también otros llenos de nostalgia. Cuenta con la participación de Hildur Guðnadóttir con el violoncelo.