Fiona Maye, una jueza de primera instancia que se encuentra en plena crisis conyugal, se enfrenta a un histórico dilema profesional cuando se le pide que juzgue un caso de un joven enfermo de 18 años cuyos padres, testigos de Jehová, se niegan a la transfusión de sangre que le salvaría la vida.
El compositor aplica una agradable banda sonora con música empática, moderna pero también clásica, que acaba por ser más ambiental que dramática y más de acompañamiento estético que de implicación narrativa. Es bella y es elegante, pero le falta consistencia temática y estructural.