Un joven vuelve a Bulgaria, su país, durante las vacaciones de verano. Allí conoce a un adolescente huérfano de etnia gitana.
Esta es una película que aborda los temas de la emigración, el racismo y la homosexualidad en el contexto de Bulgaria con la historia de dos jóvenes desarraigados que, al conocerse, parecen encontrar una vía de escape de una realidad cruda y dura que les rodea y oprime. Son pocos los diálogos que explican lo que sucede entre ambos y son las imágenes y la música las que se encargan de dar calado y profundidad a sus sentimentos. La música es austera, es íntima y transparente, muy honesta. No es música para las acciones ni para exteriorizar emociones sino que pone la mirada mucho más en lo que no se expresa que en lo que se quiere expresar, y eso aporta un tono algo pesimista, desesperanzado, que frena más que impulsa y que revela que, pese a todo, subyace un terrible miedo a no poder escapar ni liberarse de esa realidad que les rodea.