En el año 2072 los asesinatos están terminantemente prohibidos, pero las víctimas son enviadas a través de una máquina del tiempo al año 2042, donde los Loopers, un grupo de asesinos a sueldo, se encargan de eliminarlas y deshacerse rápidamente de sus cuerpos. El problema surge cuando uno de ellos recibe desde el futuro un encargo muy especial: eliminarse a sí mismo.
El compositor aplica una sólida partitura que recrea eficientemente un entorno futurista, mecánico y deshumanizado, en base a una sucesión de temas que caminan en esa línea, con momentos más sugestivos y con otros explícitos. En ese contexto, hace resaltar una parte dramática, afligida y aparentemente debilitada, que aporta una cierta sensación de esperanza, solo liberada en la parte final, aunque exhausta.