Musical teatral, secuela de The Phantom of the Opera (87), ambientada unos años después de finalizada la acción de aquella, la protagonista es invitada a actuar en el "Fantasma", una atracción en el parque de Coney Island. Con su marido y su hijo viajará allí sin saber que es el propio Fantasma quien ha organizado su actuación.
Algo inferior a la obra precedente -un clásico-, el compositor mantiene sin embargo el tono romántico crepuscular y algunos elementos oscuros como base sustancial de este musical, de resultados irregulares en su conjunto, pero con momentos de poderosa fuerza.