Filme de animación hecho con cada fotograma un cuadro pintado sobre óleo, homenaje a Van Gogh.
Esta apasionada película que consta de 56.800 fotogramas de pinturas al óleo, ha sido completada con una apasionada música que unifica en un solo lienzo, el musical, el filme. Lo hace con muchos matices y colores, que son dramáticos, vivaces, afligidos o también sentimentales. No es ni lo pretende ser una música explicativa ni narrativa, sino una creación cambiante, vehemente e imprevisible. Acaba siendo algo confusa, a pesar de su deliberado caos, y en cuanto el espectador se acostumbra a su presencia comienza a perder cierta efectividad. Pero tiene momentos muy brillantes.