Un delincuente asesina a un hombre y dispara a su hija. 20 años después, la muchacha, muda y con un retraso mental, se reencuentra con su verdugo, que la secuestra con el propósito de matarla.
Extensa partitura de enorme belleza en unos pasajes y muy afligida y desolada en otros. Acompaña el devenir de la protagonista en su calvario con un tratamiento afectuoso, pero el compositor tiende también a resaltar lo dramático de las distintas situaciones, con una postura neutra y aséptica. La banda sonora va tomando forma a medida que avanza el filme hasta llegar a su final, donde ofrece el mayor nivel de emotividad.