Aventuras en la corte de la reina Isabel II de España, con una mujer empeñada en ser reconocida espadachina y su maestro, sobre el que se ciernen malos augurios.
El compositor no hace una aproximación melódica a la época en la que transcurre la acción, salvo leves pinceladas, sino que el tratamiento es contemporáneo, con el fin de que la banda sonora resulte más cercana tanto al espectador como al contenido dramático del argumento, que son los factores a los que da más prioridad. Sin embargo, no es una creación destacada en la trayectoria profesional de su autor, ya que peca por una cierta morosidad en su desarrollo. Contiene un bello tema principal, pero el compositor parece recurrir a él más para solventar las evidentes deficiencias del conjunto que no para dar una mínima coherencia a una banda sonora errática y desangelada.