Documental. Un grupo de amigos, que lleva un tiempo sin poder verse, aprovecha el permiso penitenciario de uno de ellos para reencontrarse y disfrutar de un caluroso día de verano a las afueras de Madrid. Con la caída del Sol, tendrán que enfrentar un problema del pasado que amenaza con meterles a todos de nuevo en la cárcel.
Hay escasa presencia de música en este impactante documental, y la que hay son como arañazos de soledad, aparece allá donde se muestra al grupo unido, que se siente seguro y protegido cuando están juntos, pero la música viene a intervenir muy delicadamente para mostrar su vacío interior, soledad, fragilidad... es como la música de un cristal cortado. Y con el protagonista, en el plano final, la revelación de su vulnerabilidad es total.