Revisión de la historia de Sleeping Beauty (59) desde la perspectiva de Maléfica, la malvada bruja, desde sus orígenes y las circunstancias que endurecieron su corazón y la llevaron a lanzar una maldición sobre la pequeña Aurora.
El compositor desarrolla una creación sinfónica que discurre en dos terrenos, sustanciados en músicas que se aplican para resaltar la inocencia y pureza de la niña Aurora, y otras para la maldad y poder de la pérfida bruja, ambas con el absoluto liderazgo de sendos temas centrales y el apoyo de temas secundarios. Unas músicas llenan de luz y las otras de oscuridad, en un combate musical estructurado en derredor de la lucha entre tema-contratema: el tema de la niña -que se impondrá como principal, en un final muy bello- es limpio y transparente, en tanto el contratema es oscuro y retorcido, enfatizado con coros y con un hábil tono macabro. Lo más interesante de este tema no es, sin embargo, su obvia perversión, sino su intenso dramatismo, que convierte a la protagonista en víctima de su propia aflicción y sufrimiento, haciendo de ella un ser atormentado. Se trata de una banda sonora sólida en su estructura, notable en la categoría de su música y con un sentido global clásico.