Dos hermanos mellizos y huérfanos viven con su abuelo en la frontera entre República Dominicana y Haití. Uno vende carbón en el mercado y el otro permanece recluido por su albinismo. Cuando muere su abuelo tendrán que sobrevivir.
Para esta breve y sobria película en blanco y negro el compositor aporta una música con dos gamas de colores: por una parte aquella que se aplica para la intolerancia y la incompresión; por otra, para el amor entre hermanos y la salvación. La primera se sustancia en una variedad de temas que generan turbación e incomodidad, y que representan el entorno en el que viven los hermanos, a quienes hostiga. En contraste, un poderoso, hermoso y sentido tema principal con guitarra que es música compartida y que aporta luz en el contexto de sombras. Es un tema que conoce un interesante desarrollo y que marca un camino -complicado por las otras músicas- hacia una eclosión final de aceptación.