A un apartado lugar del Oeste llega un ingeniero para ocuparse de la explotación de una mina, pero en el camino alguien le roba todo el dinero destinado a pagar a los trabajadores.
El compositor escribió una partitura en la que, sin salirse de lo habitual en el género del western italiano, fomentó los aspectos más cercanos a la acción y a la intriga, con espacio para dotar al conjunto de un aire legendario. Se acompaña de la banda sonora de I giorni dell'ira (67).