Filme de animación que recrea el sacrificio del sacerdote Maximilian Kolbe en el campo de exerminio de Auschwitz.
El compositor firma una extraordinaria creación devocionada al padre Kolbe, un héroe y una referencia para la Humanidad al que el filme homenajea y la música tributa. Lo hace desde el rigor y la honestidad, sin edulcoramiento pero sí con mucha emoción. Un elegante y refinado tema principal, y músicas con destacado empleo de coros aportan luz y grandeza en el entorno de oscuridad y depravación represantado por los nazis. No hay música que se aplica para estos y sus acciones, sino para el sufrimiento que generan, e incluso en ese punto la música habla de perdón y aceptación. Maravillosa e inspiradora.