Videojuego de realidad virtual de disparos en primera persona ambientado en la Segunda Guerra Mundial.
Reseña de Ignacio Marqués Cuadra:
Tras más de diez años sin componer para videojuegos, Michael Giacchino regresa a la saga que, inicialmente, haría despegar su carrera como compositor en este medio. Lo hace junto a la compositora Nami Melumad, con quien ya ha colaborado en algunos proyectos cinematográficos. Giacchino se ha encargado de escribir los temas centrales —entre los que destaca un nuevo tema principal elegíaco, muy bello— mientras que Melumad ha desarrollado toda la banda sonora utilizando todos estos temas centrales y rescatando otros temas y melodías del Medal of Honor (99) original. El resultado es el de una música sinfónica esforzada, muy vigorosa, espectacular, intensa y muy bien escrita que, desgraciadamente, pierde la mayoría de sus virtudes en su aplicación. Los gravísimos problemas de continuidad narrativa y jugabilidad que presenta el propio videojuego terminan lastrando también a una música que, por otra parte, es muy poco flexible por cómo está concebida y no consigue adaptarse adecuadamente a la acción (problemas que, en parte, se han venido arrastrando en mayor o menor medida desde los mismos inicios de la saga). Toda intención narrativa, dramática, o incluso inmersiva, que esta estupenda música pudiera ofrecer se malogra por el errático uso que se hace de ella, llegando a resultar en demasiados momentos impostada, ridícula —sacando con ello al jugador de la aventura—. Ciertamente, en determinados momentos sí se fomenta adecuadamente la acción o el sigilo, aportando intensidad y suspense. Pero el uso repetitivo y descontrolado de muchos de los temas aplicados en tan variados pasajes acaba produciendo también una impresión de redundancia, de artificiosidad y de que la música no se adapta orgánicamente a las acciones del jugador ni es coherente con muchas de las situaciones. Todo esto perjudica a uno de los aspectos que no debería descuidar la banda sonora de un videojuego como este: la inmersión del jugador en la acción y la historia. Es una lástima que una música tan notable se haya arruinado de esta manera, en parte, quizás, por causas ajenas a los compositores.