Un joven que transporta droga se desplaza a un puerto vigilado por la policía. Allí conoce a una chica y pretende establecerse con una vida en tranquilidad.
Partitura ejecutada en buena parte con sintetizador que refleja tanto los aspectos más amables del argumento como los más desesperantes. Los primeros son resueltos con animadas melodías, en tanto los segundos se subrayan con temas más áridos. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Bernardo Bonezzi. Música para las películas de Felipe Vega (97).