Documental sobre la vida animal en los bosques de Finlandia.
El compositor firma una bella, elaborada y elegante creación en dos frentes, con música sinfónica a veces expansiva y en otros íntima. En primer lugar, hay una música destinada a engrandecer los espacios, dotarlos de magnitud y carácter bucólico, como si de un Edén se tratara, pero lo hace aportando un componente lírico no azucarado, sino serio y respetuoso. En segundo lugar, música para acciones y comportamientos concretos (los de los animales), con un tono a veces impresionista, en otros humorístico y en otros aprovecha el recurso que tiene la música de humanizar con emociones a seres no humanos y traslada a ese terreno sentimientos que son comprensibles. Al tratarse de un documental no hay pretensiones narrativas globales, sino específicas, y el amplio despliegue de temas que se aplican resuelven situaciones concretas, pero también sirven para asentar una opinión (la del director a través del compositor), que no es otra que la del absoluto respeto por aquello que es retratado. Es esta una banda sonora comprometida con la ecología.