Recuento de los últimos tiempos en la vida de Napoleón, en su encierro en la lejana isla de Santa Elena, y con una muy difícil relación con el oficial británico que le custodia.
Bella y elegante creación en la que la compositora desarrolla su música en tres niveles dramáticos: por una parte, música fanfárrica, moderadamente pomposa y categórica, para el personaje como institución; en segundo lugar, temas dramáticos, para el trasfondo de soledad e indefensión del mismo personaje; y, en tercer lugar, una música amenazante y hostil, para su entorno. Se contrastan los dos primeros, lo que hace que se redimensione el personaje.