Una pareja adopta un gato callejero pero durante una gran bronca, se escapa y desaparece. Ella lo dará por muerto, mientras él lo mantiene con vida a escondidas.
El compositor aplica una creación para la comedia y lo romántico donde prima la música agradable y empática, dulce y algo acaramelada, con una estructura sencilla pues el resto del filme también lo es. Se destaca el protagonismo de los saxofones (todos ellos, tocados por Baños) y por un tema principal que conoce variaciones y que, aunque acaba por resultar algo repetitivo, mantiene estable el tono durante el metraje si bien no logra hacer remontar a un filme que en su segunda mitad se desinfla. La música, como suele suceder en estos casos, aparenta lanzarse a una operación salvavidas que no funciona y queda queda algo impostada. No es algo necesariamente malo, pues en cualquier caso no va en contra del filme, pero hace que también, inevitablemente, pierda fuelle e interés. Los otros temas musicales ayudan a que en su conjunto sea una obra estimable pero menor en la trayectoria en el género del compositor.