Después de que una mujer secuestra a su hijo del sistema de adopción, ambos se disponen a recuperar su sentido del hogar, su identidad y su estabilidad en una ciudad de Nueva York.
Un enérgico y contundente tema presenta a la protagonista y la reviste de decisión y empatía, y será en el resto del filme un apoyo, impulso y propulsión. La música suena ininterrumpidamente los primeros minutos del filme para establecer así las bases estéticas y dramáticas de un relato urbano, de lucha individua, y a partir de ahí es la música del contexto de Nueva York, enérgica y cosmopolita, hermosa y dura, contexto en el que se desarrolla el tema principal de la protagonista.