Un grupo de fans de cine de terror organizan un fiesta en una granja cuando, de repente, se ven sorprendidos por hordas de zombies hambrientos.
Un arranque prometedor, con tema inicial de considerable fuerza instrumental y coral, abre una banda sonora que luego se diluye en una sucesión de temas ambientales que restan el tono gótico asumido al principio, un tono casi ceremonioso que el compositor intenta recuperar, lo que solo consigue a medias, en tanto las pretensiones finales de su creación no son concretas ni están del todo bien consolidadas y desarrolladas. De todos modos, esta es la mejor parte de la banda sonora, muy irregular en lo que pretende recrear ambientes turbios, del todo insuficientes y convencionales.