Unos organismos amarillos unicelulares siempre al servicio de los amos más despreciables acaban encontrándose solos y caen en una profunda depresión. Entonces deciden emprender un viaje para conseguir una nueva jefa a quien servir.
El compositor aplica una desenfrenada banda sonora sinfónica en la que incluye una amplia variedad de estilos y temas, todo ello para aderezar la acción, disponer la música al servicio del espectáculo y acompañar el recorrido del viaje de los protagonistas, generando una adecuada impresión de evolución, de progresión. Ello, claro, estructurado en derredor de un retentivo tema principal y con amplia variedad en temas. Es una banda sonora esforzada, elaborada, sólida en su estructura y con momentos corales muy poderosos. Y el resultado es un festín musical de cuidada intensidad que supone la mejor obra del compositor hasta la fecha.