Powell iba creciendo, desde luego. Para la secuela de esta recia franquicia, el británico escribe –como bien dice nuestro Gurú- una música más madura y mucho más elaborada. Tan arrolladora como PAYCHECK, y por supuesto mucho más atractiva que su predecesora, en esta creación Powell comienza a desatar toda su creatividad, asentando cátedra con su “erótica” fusión de orquesta y electrónica. A día de hoy, qué duda cabe que Powell ha llegado a la primera división de la composición cinematográfica. Eso, unido de forma inherente a la calidad de sus piezas presentes, puede dar una impresión arcaica sobre este THE BOURNE SUPREMACY. Graso error, creo yo. Es cierto que Powell ha pulido su estilo, pero este score mantiene todo su encanto y está envejeciendo de forma estupenda, como lo hacen los grandes clásicos, vaya… Hay momentos en esta pieza verdaderamente prodigiosos, con exóticas incursiones sonoras que, sin lugar a dudas, excitan el cuerpo y la mente. Un score sublime, aunque alejado de los patrones habituales. Una pieza fascinante!!! -siw-