La historia de una heroína del Siglo XVIII, que se crió en un convento, se educó en un prostíbulo, vivió en la miseria, se alcoholizó y robó, pero acabó su vida con dignidad y riqueza.
Debido a carencias presupuestarias, el compositor se vio obligado a trabajar con sintetizadores en combinación con una agrupación pequeña de instrumentos. Contó también con voces femeninas solistas y elaboró una partitura que en su esencia es romántica, bella y lírica, con aire celta. Dotó a la película de un ambiente bucólico, muy apacible, y algunas melodías más dramáticas.