Filme de animación sobre tres momias que se embarcan en un viaje en busca de un antiguo anillo perteneciente a la familia real, robado por un ambicioso arqueólogo.
Esta banda sonora tiene todo lo que se puede esperar de un filme de estas características: acción, emoción, iconografía musical faraónica, variedad temática y momentos de poderosa intensidad. También tiene canciones, horribles, con absurdas pretensiones comerciales. Son un problema, como lo son casi siempre, pero el compositor logra esquivarlas y desarrollar y dar continuidad a una música que desde el primer momento avanza hacia adelate, relatando y subrayando la historia e involucrando a la audiencia. Cuenta para ello con un un tema principal muy bello, cautivador, un gran sentido de la aventura y del espectáculo y momentos divertidos. Todo, con gran solvencia melódica, orquestal e instrumental en una creación dispuesta para servir al divertimento y entretenimiento, que mimetiza los patrones hollywoodienses y, por ello, también resulta tan notable.