Los hechos reales que sucedieron en el Reino de Dahomey, en el XIX, sobre una mujer, general de la unidad militar exclusivamente femenina, que luchó contra enemigos que atacaban a su gente.
El compositor firma una muy vistosa creación con música sinfónica y étnica, voces (se destacan las de Dianne Reeves, Lebo M y Tesia Kwarteng), coros e instrumentos tribales para recrear el lugar (la actual Benin) y período histórico (Siglo XIX). No hay en la música pretensiones narrativas, con temas de personajes y sus consiguientes desarrollos, ni líneas melódicas reconocibles, ni nada que pretenda significar o representar algo: todo son intenciones efectistas, en muchas ocasiones histriónicas y saturantes. La banda sonora parece más la de un parque de atracciones que la de una película dramática. Precisamente, cuando se pretende incidir en lo dramático, la música es superficial, básica y elemental. Es una creación hecha para impresionar y gustar, no para considerar la historia que el filme relata.