Videojuego de acción y plataformas en 2D en el que el protagonista debe salvar el Reino Digital.
Reseña de Ignacio Marqués Cuadra:
Este es un videojuego con un elaborado trasfondo y un despliegue visual muy artístico –basado en el pixelart– que plantea un precioso viaje a través de un mundo digital. Al mismo tiempo, nos transporta y nos hace revivir de lleno toda una época gracias a las innumerables referencias cinematográficas, musicales y, también, como es natural, de la época de los primeros videojuegos. En todo esto la música juega también un papel fundamental ya que se encarga de transmitir y construir gran parte de ese viaje al pasado, pero también de dotar a ese Reino digital en el que se desarrolla el videojuego de un sonido muy característico y genuino, de un alma. Para ello, el compositor aporta una muy estimable creación electrónica que, en primer lugar, contribuye con creces en la construcción del sentimiento nostálgico ochentero del videojuego, en esencia, evocando desde un punto de vista actualizado la música de la época en la que estaban en pleno apogeo los chiptunes y los sintetizadores, además de tomar algunas referencias de grupos como Daft Punk, u otras mucho más puntuales de compositores cinematográficos como Ennio Morricone, entre muchos otros. En segundo lugar, apoya de un modo muy solvente la narrativa del videojuego aplicando una sólida estructura de temas que gira alrededor de un notable tema principal. Este tema –junto con otros– cuenta con un amplio y muy emotivo desarrollo –yendo de lo intimista a lo épico– y que se utiliza para explicar el viaje del protagonista, tanto a nivel externo como interno. Y, en tercer lugar, su variedad melódica y textural a la hora de ambientar o explicar –pero también emocionar– junto con una cuidada implementación y su alto poder inmersivo a lo largo de toda la aventura hacen que la música sea uno de los elementos más relevantes y que, de lejos, generan mayor implicación por parte del jugador en la experiencia de juego.