Un hombre que ha logrado la inmortalidad tras vender su alma debe sufrir toda su eternidad una caza sin cuartel contra él.
Banda sonora sinfónica para la acción y lo damático, con tono enfático y épico pero también lírico. La música es empleada para acosar a personaje y espectadores, con variedad de temas, que funcionan a la contra del tema principal, para el protagonista, una música sufriente que adquiere un tono de liberación en la parte final.