Un joven sin suerte en la búsqueda de trabajo es testigo de un accidente y entra en el mundo del periodismo criminalista en la peligrosa ciudad de Los Angeles.
El compositor aplica una banda sonora que sustancialmente es ambiental y atmosférica, nocturna y urbana, en la que fusiona músicas rítmicas y cálidas con otras cripticas, oscuras, generando en esa mezcla una cuidada impresión de claustrofobia pero también una sensación hipnótica, casi psicodélica, que aplicada sobre los lugares en los que transcurre la acción los transforma en lugares misteriosos pero también atractivos. Otros temas sirven para retornar a la realidad, y son temas que enfatizan la acción, y finalmente hay música dramática que se posiciona en la perspectiva del personaje, resaltando una sensación de vacío y soledad, con un tema principal que evoluciona, pero no es una creación que se construya sobre una estructura temática sólida sino que deliberadamente busca generar una impresión de desorden y quiebro.