Dos jóvenes quieren iniciarse en el mundo del narcotráfico en el estrecho de Gibraltar. Dos agentes de la Policía antidroga llevan años tratando de demostrar que la ruta del hachís es una de las principales vías de penetración de la cocaína en Europa. El destino de estos personajes termina por cruzarse.
El compositor aplica una banda sonora que saca provecho de los recursos de la música étnica pasada por un filtro moderno que funciona tanto como elemento geográfico (el sur de España) como enfatizador de la acción, de un modo genérico. Es en este sentido una creación diversa pero homogénea, variada en temas (algunos de ellos, elaborados y sofisticados, otros más sencillos y básicos) que se pegan a la piel de la película para dinamizarla pero también para dotarla de cierto tono árido que se adecúa a la tensión permanente. Estos temas funcionan con buena precisión, generan un adecuado frenesí e involucran inevitablemente al espectador en el juego del gato y el ratón en el que se sustenta el filme. Hay una parte dramática aplicada para emociones de personajes, pero es comparativamente menos relevante e interesante.