Una estudiante de Astronomía y su profesor hacen un descubrimiento asombroso: hay un cometa en órbita en el sistema solar. ¿El problema? Que lleva un rumbo de colisión directa con la Tierra. ¿El otro problema? Que a nadie le importa. Con la ayuda de un doctor emprenden una gira mediática frenética.
Esta es una sátira mordaz y algo amarga sobre la sociedad y la influencia de los medios de comunicación, que se construye en base a sketches y un sinfin de personajes y situaciones vertiginosas e imprevisibles. Como tal la música no pretende cohesionar ni dar solidez estructural al resto del filme, a pesar de contar con un tema principal que se reitera, aunque no conduce a nada. La música participa más bien en la segmentación en la forma de una montaña rusa de variadas músicas que son divertidas, apocalípticas, sentimentales, amables, dramáticas y sobre todo dinámicas. Es variada en estilos y funciona principalmente por contraste sirviendo para ridiculizar -a ratos, en trazo grueso y paródico- a los personajes. Sin embargo, allá donde la historia deriva en una conclusión, la música no toma partido en ese final y queda algo desubicada y muy por debajo de ese final.