Versión cinematográfica del relato bíblico de Noé, un hombre pacífico que recibe una misión divina: construir un Arca para salvar a la creación del inminente diluvio.
Un prometedor arranque, arcaico y primario, con elementos místicos y épicos abre unas expectativas que rápidamente se diluyen en una banda sonora meramente funcional, difusa, dispersa, desestructurada, donde el compositor naufraga en todas sus pretensiones a causa de un mal enfoque y de la ausencia de discurso: no se sabe muy bien qué es lo que quiere explicar la música, más allá de acompañar escenas de un modo un tanto saturante. Los temas del entorno bien podrían servir para cualquier otro filme (de héroes, por ejemplo) y aquellos que se aplican para enfatizar lo religioso (bellos, de todos modos) acaban por ser impostados, vacíos. Esta es una banda sonora efectista pero en muy poco efectiva, que acaba ahogándose.