Un promotor acaba involucrándose en las sucias intrigas de una banda de delincuentes en los bajos fondos de una ciudad.
Partitura intensa y contundente, que se ajusta al prototipo de partituras para el género del cine negro que solían escribirse en la década de los 40, con melodías oscuras y densas que retratan lo más violento y sórdido en los ambientes delictivos. Él filme tenía música original de Benjamin Frankel -editada conjuntamente aquí-, que sólo se mantuvo en la distribución británica del filme, siendo reemplazada por la de Waxman para el resto del mundo