Una mujer vuelve al hogar de su infancia con su familia para una idílica escapada veraniega. Cuando cae la noche, descubren la silueta de cuatro figuras cogidas de la mano y en pie delante de la vivienda...
A pesar de seguir los patrones usuales en el género de terror, esta es una banda sonora poco ortodoxa y convencional, que es deliberadamente caótica y que está donde no se la espera y donde se la espera no está: alguna de las secuencias más terroríficas, por ejemplo, se acompañan con música comercial diegética o con silencio. En lo que resta, naturalmente hay temas para recrear el misterio y la amenaza y también otros que dan un tono casi religioso y místico.