Recreación del incendio que sufrió la Catedral de Notre-Dame de París en abril de 2019.
Esta es una película muy ambiciosa que recrea el devastador incendio de la catedral parisina planteándolo como una experiencia inmersiva para la audiencia (está rodada para IMAX), y la música del compositor es uno de los elementos principales en ese objetivo, por lo mucho que tiene de implicación -y condicionamiento- emocional. Junto al impresionante diseño de producción, la música se implica y amplifica el peligro constante, la presión psicológica por el fuego, el aire irrespirable del humo y la tensión de los bomberos. Todo ello de modo excesivo: hay momentos en los que los efectos sonoros habrían tenido -en caso de haberles dejado espacio en la competición sonora- un mayor impacto dramático que la música, que es casi omnipresente y ciertamente invasiva. Cuenta con un bellísimo tema principal, lírico y también heroico, que es muy expresivo, claramente horneriano.