Dos amigos sin suerte en la vida sueñan con poder hacer una película y triunfar en el mundo. Para ello, secuestran a una actriz en decadencia y la obligan a rodar con ellos, con una cámara de 8mm.
Solemne partitura que mantiene activo el trasfondo dramático de lo que, en principio, podría parecer una película de humor, ayudando a asentar en el espectador la impresión de que hay algo de trágico en tanta bufonada, gracias en especial al tono serio de unas melodías que funcionan por contraste. El compositor aporta categoría y distinción, especialmente con un enérgico vals.