Adaptación de un relato de Allan Poe sobre el tormento de un enfermo de catalepsia, obsesionado con el temor a ser enterrado vivo.
El compositor escribió una partitura oscura, tétrica, en la que destacó un tema fúnebre que se convierte en la principal referencia melódica de la banda sonora, que también incluye melodías de suspense y otras dramáticas, que funcionan a modo de lamento del protagonista. Se acompaña de la banda sonora de The Haunted Palace (63).