Un Mancini diferente, alejado de sus romanticas y divertidas melodias para las peliculas de Blake Edwars, soberbio, radiante y espectacular, una obra maestra absoluta.

Extraordinaria obra maestra de Mancini, llena de poesía y belleza. Autentica lección de cine y todo un revés para los que afirman que Mancini no era un autentico músico de cine. El violento conflicto de los mineros irlandeses esta tratado con una enorme sutileza por el compositor, mas pendiente de las partes intimistas de la historia que de la parte política en si. La música de carácter irlandés esta muy presente en toda la obra, contribuyendo al efecto evocador que esta provoca. Las relaciones entre los tres protagonistas están arropadas por la música de forma elegante, inteligente y con una delicadeza conmovedora. Pocos trabajos de los 70 alcanzaron las cotas de belleza que alcanza el compositor en el film de Martin Ritt. Mancini afirmo mas de una vez que era su trabajo preferido. Y no es para menos, pues es una de las cumbres de su carrera. No es que sea una de esas obras que te llegan al corazón; es de las que se queda para siempre en él.