Documental en torno a los reporteros de guerra.
Notable creación en la que el compositor aplica su música en cuatro frentes, todos ellos con solvencia: en primer lugar, música destinada a reflejar melódicamente el sentido de violencia, no como hecho sino como concepto. Lo hace con un poderoso tema inicial, que abre camino para que el compositor explore las otras tres vías: la música de inspiración local para los diferentes lugares donde se desarrollan los relatos (Afganistán, Irak, el Congo y Sarajevo), música para los reporteros, a los que se imprime valentía y espíritu de aventura, con mucha elegancia y, finalmente, un réquiem que tiene algo de adagio, muy dramático y contenido, con momentos en los que parece querer explotar pero que enseguida vuelve a su cauce apesadumbrado y pesimista. Porque si no hay final feliz en lo real, tampoco lo debe haber en la música, que viene a exponer diáfanamente cuánto puede destruir el ser humano por conseguir tan poco. Toda una declaración de principios, valiente y honesta.