Los acontecimientos vividos en la Melanesia de los ochenta, cuando cuatro gendarmes fueron asesinados en y treinta policías franceses secuestrados por independentistas.
Atipica creación en la que el compositor otorga absoluta predominancia a las contundentes percusiones de tambores para recrear eficientemente un entorno áspero, duro e inflexible, que mantiene firme a lo largo de la película con muy puntuales incursiones de música dramática, que solo desarrolla abiertamente en la conclusión final, en forma de un tema elegíaco, sencillo y bello.