Basada en el libro de Virginia Woolf, Orlando es una criatura melancólica e independiente, un ser ambiguo e inmortal que con el paso de los siglos pasa de hombre a mujer, mientras bucea en los misterios de la vida, el arte y la pasión.
Extraña, extravagante y también hermosa creación que mezcla y fusiona estilos dispares, como el barroco, el minimalismo, la orquesta de cámara o la electrónica. Todo ello para remarcar los saltos de época y tiempo, para respetar esos espacios o para vulnerarlos, y todo ello con un tono melancólico que lo solidifica.