Precuela de Ouija (14), en la que una joven usará la ouija imprudentemente para intentar contactarse con su padre. Despierta así a un ser maléfico procedente del otro lado...
Convencional banda sonora de terror que, aunque supera en categoría la del filme precedente, no va más allá de explorar el territorio tan conocido en el género. Cuenta con músicas atmosféricas para recrear ambientes tóxicos, elementos dramáticos a los que enfrentarse, e indefinición melódica que genera inquietud y zozobra. Pero a la música en su conjunto le sobra artificios y le falta decisión, determinación y dirección, y acaba por ser una sucesión de temas y en la película gas allá donde se necesitaba algo más sólido.