Filme con 25 cortometrajes dirigidos por 25 directores que retratan distintos aspectos de la vida en diferentes lugares del mundo, pero entrelazados entre si.
Partitura en la que ambos compositores asumen un rol en común pero también misiones diferentes. La música -sólidamente cohesionada- sirve para unir bajo un mismo paraguas las múltiples historias que se relatan, manteniendo estable una línea de continuidad dramática y emocional. Pero la música de Marino se destina principalmente a exponer el vacío existencial y una moderada angustia vital, en tanto que Garzón habla de libertad, de dignidad y de voluntad de avanzar hacia delante, y su música va exactamente en esa dirección. Ambos compositores entablan una suerte de duelo en el que sus músicas se acaban necesitando para conformar sus propias esencias. Y, por ello, la resolución final es tan aliviadora y brillante, pues es la luz al final de un tunel oscuro y sufriente. En todo caso, los dos acaban como ganadores en esta batalla y la película es la gran beneficiada.